Mila Lynn es artista visual profesional. Conocida sobre todo por sus pinturas y collages. Ha creado dos colecciones completas, The Repurpose Project (2019), y Black is King (2021). Además, en los dos últimos años ha participado en el reto Inktober, creando una obra cada día del mes de octubre. Las 31 piezas estaban vendidas cuando se celebró la exposición, una semana después de ambos años. Este proyecto cuenta ahora con un libro que Torrey Gray, su socio colaborador en Inktober, y ella misma escribieron y publicaron con Barnes & Noble.

A Mila también le apasiona mantener la presencia de las Artes en las escuelas, la comunidad y el mundo en general. Cree que las artes no son sólo una salida creativa, sino que están directamente vinculadas a un clima económico positivo. El verano pasado, como instructora de talleres, Mila dirigió una serie de talleres que permitieron a los jóvenes de los grados k-12 venir a pintar las mesas de picnic de las ciudades. Esta iniciativa forma parte de la subvención “Just Futures” de la MSU, concedida por la Fundación Mellon. La iniciativa de becas pretende facilitar la creatividad en tiempos de Covid-19, con especial atención a las comunidades desproporcionadamente afectadas por la pandemia.

Mila ha vendido arte en varios lugares de Estados Unidos, como Miami, Tampa, Lansing, Detroit, Grand Rapids, y también en el extranjero, en el Reino Unido. Recientemente, ha empezado a trabajar con más regularidad en lienzos de mayor tamaño. Renovó Jet Fitness en Okemos con dos murales, y pintó un mural en St. Pete de una playa vibrante en una nueva propiedad de Airbnb mientras estaba de vacaciones.

Su misión como artista es siempre una de las tres siguientes: elevar, inspirar o educar. Cree que los artistas tienen el poder de crear relatos y contar las verdades que a menudo malinterpretan los medios de comunicación.